El día de ayer por la mañana, después de disfrutar un ratito y antes de prepararme para una tarde llena de diversión por ser el día que era, tuve que dedicarme unas horas a mis plantas, en concreto a los bonsáis, que son las plantas que a mí más me gustan y de las que me ocupo yo (ya que las otras no requieren tantos cuidados).
El caso es que me tocaba transplantar algunos de ellos y eso se puede hacer de dos maneras diferentes, bien tocando las raíces, o bien sin tocarlas. La mayoría de ellos los hice sin tocar las raíces, ya que los podé y no es bueno podarlos y transplantarlos a la vez.
Sin embargo, hubo dos prebonsais, es decir, árboles que en realidad no llevan a ser bonsáis todavía, que sí que los hice del otro método, tocando las raíces.
Veréis, una vez sacados de la maceta hay que pasarlos a otra grande. Pero si ésta primera era grande y ahora lo queremos como bonsai, lo que hay que hacer es cortarle parte de las raíces para que entre en la nueva maceta y además su crecimiento vuelva de nuevo a darse (engordando el tronco normalmente). En este caso lo que tienes que tener cuidado es de no cortar la raíz madre. Es una raíz más gorda que las otras y la más importante.
En cuanto a cuántas raíces cortar no está mal que sea un cuarto de las raíces. Siempre tendrás tiempo a ir cortando con el paso de los años. Si tolera bien la primera poda no has de temer que le pase nada en adelante.