En otoño, por el hecho de que las hojas se caen, debemos recogerlas para evitar que éstas se pudran e incluso para evitar resbalarnos con ellas, cosa que, debido al frío y heladas, puede pasar porque las hojas se suelen quedar en el sitio.
Además, también conviene quitar las hojas para que éstas no salgan volando con el viento (y caigan en sitios donde no queremos que estén como piscinas, otras macetas, etc.