Alguna que otra vez te habrás dado cuenta de que una o varias de tus plantas, a pesar de que pasa el tiempo, no las ves crecer, siguen con el mismo tamaño, el mismo estado pero saludables, no es problema de enfermedades. Entonces te preguntas qué le pasa.
A menudo el problema suele ser la tierra o la maceta en donde está ubicada. Si la maceta es justa para la planta puede repercutir en el desarrollo de la misma de tal forma que acabe sin crecer. En el caso de la tierra el problema radica en los nutrientes, quizás no es la tierra adecuada, o le hace falta abono, o hay algún nutriente que le falta.
Una de las cosas que suelo hacer cuando ocurre esto en las plantas es revisarla por ver sus brotes. ¿Sabes que los brotes cercanos al tronco son perjudiciales? Lo mismo que los brotes que salen de las raíces. Éstos lo que consiguen es robarle fuerza a la planta y por eso se ralentiza su crecimiento o se queda estancado porque los nutrientes se los llevan los brotes más cercanos.
Yo siempre los arranco para que no perjudiquen a la planta y, si es el tiempo, una pequeña poda no le viene mal porque eso hará que vuelva a brotar y puede ser el desencadenante para que empiece a crecer de nuevo.También has de mirar por si hubiera alguna plaga, a lo mejor no tiene los síntomas de alguna pero sin embargo, si hay algo que causa su ralentizamiento y poco o nulo crecimiento.
Por supuesto, saber un poco más sobre las necesidades de la planta sería importante porque así sabrás lo que necesita y te lo agradecerá creciendo sana y fuerte.Pero no te pases tampoco que las plantas también pueden tener efectos negativos si resulta que usas demasiado producto o le das demasiados nutrientes.