Seguro que si has plantado tomates te has dado cuenta de que, en algún momento, el tallo se cae por el peso de los tomates y eso hace que caigan al suelo y, en contacto con la tierra, sobre todo si está húmeda, pueden llegar a pudrirse, con lo que no te serviría de nada.
En las tiendas venden varillas especiales para las matas de tomate pero en realidad puedes mantenerlas altas de dos maneras. Por ejemplo, con cuerdas. Atas cuerdas a los tallos y las fijas a una altura en la pared mediante un enganche. También puedes usar palos pero no hace falta comprarlos demasiado caros. Incluso si vas a alguna carpintería o ebanistería te pueden dar palos gratis porque no les sirvan.