La lavanda es una planta aromática que tiene un olor muy agradable y que podemos cultivar tranquilamente en nuestra casa. Es muy resistente y suele adaptarse fácilmente a cualquier clase de terreno donde haya luz solar.
Podemos plantarla tanto en un terreno como en una maceta y normalmente se hace en el mes de otoño aunque durante los primeros días de invierno también es posible. No es una planta que necesite cuidados especiales por lo que si quieres tener una casa oliendo a este aroma tan especial, te animamos a que la plantes en un tiesto.
A partir de semillas puedes plantarla, a partir de otoño o primeros días de invierno si vives en una zona de clima templado y en primavera si la zona es de clima frío. Se deben usar tallos de lavanda de unos 10cm para que puedan ser usados como esquejes.
Si se planta en tiestos se debe tener la seguridad de que la tierra drene bien el agua, evitando que ésta pueda quedar encharcada. Además para esta planta en tiestos debe acompañarse de un buen sustrato para plantas, procurando no regarla demasiado e incluso controlando mucho la cantidad dado que con demasiada agua puede pudrirse.
Su floración puede variar, pero normalmente suele ser entre la temporada de primavera y verano, con lo que la estancia donde se encuentre se impregnará de un delicioso olor como el de esta planta tan aromática.