La Eryngium bourgatii es una planta perenne que, sin duda, es uno de los más hermosos cardos que podemos encontrar cuando paseamos por el campo. No es fácil encontrarlo, ya que crece en terrenos elevados, a partir de los 1000 metros.
El cardo azul cuenta con unos tallos verticales que pueden alcanzar los 50 centímetros de altura. Los tallos superiores son ligeramente azulados. Sus hojas son basales y espinosas que crecen con forma de roseta, divididas en segmentos pinnatífidos. Tienen partes coloreadas con manchas blanquecinas.
Lo más destacado de este cardo es sin ninguna duda su flor. El cardo azul florece desde primavera hasta finales de verano. Son flores con un cáliz circular protegido por brácteas espinosas que lo rodean, más anchas en la base que en la punta y que le confieren forma de estrella. El cáliz está formado por sépalos con forma de aguja.
Es una planta típica de zonas rocosas y montañosas, como los Pirineos o el Sistema Central.
No le gustan las zonas de sombra no la humedad, prefiriendo los suelos secos y pobres en nitrógeno.
Es una planta muy decorativa, ideal para preparar centros ornamentales o ramos silvestres, además de por su forma, por su bella coloración violácea y azul.
Un ramo de cardo azul puede decorar perfectamente cualquier rincón de nuestra casa, cuando queramos romper con la típica decoración floral. Además, las flores de cardo son más resistentes y duraderas. Eso sí, no olvidéis preparar un buen par de guantes antes de ir a recogerlas.