Para muchas personas, las plantas carnívoras son para muchas personas una criatura voraz, de hecho, durante muchos siglos se llegó a pensar que eran elementos del demonio, aunque, como ya se sabe, no son así. Hay muchas referencias de ficción que hacen alusión a esta especie que tanto llama la atención a todo el mundo.
Las plantas carnívoras ni comían a nadie ni eran del demonio
Cuando se descubrió que ni comían a nadie ni eran elementos del demonio, comenzaron a estudiarse y se descubrieron muchas características que acompañan a muchas de las especies de plantas carnívoras, sobre todo gracias a Charles Darwin, quien tenía una gran pasión por las plantas carnívoras.
Entre las plantas carnívoras se encuentran nada menos que 700 especies pertenecientes a 12 géneros, entre la que se encuentran las Darlingtonia, Sarracenia, Drosera, Dionaea, etc.
La planta carnívora más grande
La planta carnívora más grande es la Nepenthe Ranaj, pudiendo llegar hasta los 40 centímetros de altura. Se puede encontrar sobre todo en zonas de Malasia donde haya mucha humedad. En lo referente a su tamaño, esta planta carnívora es capaz de alimentarse de pequeños mamíferos salvajes. Hoy en día se encuentran en peligro de extinción.
La última especie descubierta fue la Nepentes attenboroughii. Destaca por contar con un sistema de defensa parecido al de los parientes más diminutos, pero tiene la capacidad de cazar animales de tamaño como las ratas o lagartijas.
Todas las especies tienen su método para atrapar a sus presas. La Aldrovanda tiene un mecanismo muy conocido, el de pinzas. La Byblis puede llegar a inmovilizar a los insectos gracias a unos pelos muy pegajosos que tiene en la punta de sus tentáculos. También pueden usar lo que se conoce como trompetas. Las trompetas son una cavidad donde aquel insecto que entre acabará digerido por los líquidos que tiene en su interior.
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