Uno de los árboles que más me gusta es el limonero, un árbol que, con cuidados mínimos, llega a estar activo todo el año echando limones (sin tener que comprarlos), de tal forma que siempre puedes tener limones frescos recién cogidos del árbol para tus comidas.
El limonero es uno de los árboles que, a mi modo de ver, más tarda en arraigar en la tierra. No quiero decir que sea difícil, pero si la tierra no está lo suficiente adecuada para él tarda mucho tiempo en poder echar fruto, aunque cuando lo echa es un sin parar.
Cuidados del limonero
El limonero no necesita muchos cuidados pero, si se le dan, desde luego se nota mucho. Se trata de un árbol que necesita estar en pleno sol, le encanta el sol mucho y ayuda a desarrollarse más rápido. Además, su tierra ha de estar enriquecida de cal (con lo cual, si el agua de riego lleva cal, eso le sentará bien).
Sobre el riego, éste ha de ser moderado. Como echará frutos todo el agua es normal que también necesite regarse todo el año, incluso en invierno, aunque en esa época no haga falta mucho (sobre todo si llueve mucho).
Conviene tener cuidado con la cantidad de frutos que de porque a veces es mejor cortarle algunas ramas antes que dejarle crecer y dar frutos de forma descontrolada lo que conseguirá solo desgastar el árbol y se nos acabará yendo más rápido.
En cuanto al abonado, es bueno hacerlo en otoño, para protegerle las raíces del frío y darle nutrientes para pasar la época más fría, y en primavera, para desarrollarlo más y darle aún más fuerza de cara al verano y el despertar de los árboles.