Una de las plantas que podemos tener en los jardines y además contar con un colorido más que importante, son las Boca de Dragón, unas plantas de rápido desarrollo (aún cuando no las compres adultas sino en semillas) y muy fáciles de cuidar tanto por adultos como por los propios niños.
Sin embargo, uno de los problemas con el que puedes encontrarte con esta planta es el siguiente. Es una planta que se desarrolla muy rápido y también invade el territorio de otras plantas. Por ejemplo, puedes plantarla en un determinado lugar y después encontrarte más Bocas de dragón a unos metros de donde las pusiste. Esto es debido a su forma de reproducción y normalmente no puedes hacer nada por ello pero sí has de tenerlo en cuenta.
Esta planta, si la compras en semillas, puede darte flores de muy diverso color. El riego, si bien lo agradece, tampoco es que deba ser abundante sino solo moderado (en verano, si hace mucha calor, si acepta todos los días pero si no hace mucha entonces puedes probar a dejar un día de por medio para que la planta no tome tanto agua (que eso también puede dañarla). En invierno el riego con 1-2 veces a la semana es más que suficiente.
Te recomiendo que, de esta planta, no plantes mucho, ya que la misma se encargará de reproducirse, a veces en el mismo lugar (con lo cual nacerán nuevas plantas) y a veces por otros sitios. Si quieres mantener el equilibrio en tu jardín deberás arrancar esas plantas que no te sirven (pudiendo arrancarlas o trasplantarlas a la zona donde estén las Bocas de Dragón).
Otra de las cosas a tener en cuenta es que no riegues por encima de ellas, a las flores no es gusta demasiado el agua sobre ellas sino más bien solo a la tierra. Así también evitas enfermedades o plagas en las hojas o flores.