Febrero es un mes un poco contrapuesto en materia de tareas y cuidados del jardín. Por un lado, suele seguir haciendo frío y son abundantes las heladas e incluso la nieve; pero por otro, comienzan a alargar los días y las horas de sol.
Durante este mes, conviene que prestemos atención a algunas de las tareas que aconsejamos para el invierno:
- Vigilar el acolchado de raíces de cara a posibles heladas y nevadas tardías.
- Proteger con aceite mineral los árboles susceptibles de ser atacados por escarabajos y cochinillas.
Pero podemos empezar a preparar el jardín para la próxima primavera:
Césped: rastrillar y escarificar la tierra. En las regiones más templadas, ya podemos empezar a replantar.
Poda: es el último mes para las podas de limpieza y mantenimiento. Las plantas empezarán enseguida a dar los primeros brotes y conviene haber eliminado las hojas y ramas secas o dañadas.
Abono: nuestras plantas no tardarán en despertar de su reposo, por lo que podemos añadir un poco de abono orgánico será lo más indicado para que la tierra vaya haciendo acopio de nutrientes.
Trepadoras: antes de que empiecen a brotar hay que volver a guiar las trepadoras y sustituir los anclajes estropeados.
División y trasplante de vivaces: es el momento de dividir los rizomas de este tipo de plantas para trasplantarlas si queremos multiplicarlas en otra parte de nuestro jardín.
Bulbos de verano: es la hora de comenzar a plantar los bulbos de veranos en las regiones más cálidas: dalias, gladiolos, azucenas, amarillis, lirios de agua, cañas de la india, etc.
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