La sansevieria es una planta de interior, muy resistente, ideal si eres una de esas personas que sueles tener despistes a la hora de cuidar tus plantas.
Es una planta que procede de Asia y África, rizomatosa, con hojas largas carnosas y planas, con forma de espada que pueden llegar a medir 50 cm. Son de color verde brillante, jaspeadas con tonos más claros o amarillentos, que a veces flanquean todo el contorno de la hoja, y de porte erguido, lo que le da un aspecto muy decorativo.
Florece a finales de verano, con flores pequeñas que se agrupan en espigas, sin gran valor decorativo.
La sansevieria no necesita demasiados cuidados, porque es una planta muy fuerte, que aguanta las temperaturas altas y la falta de riego. Tampoco necesita demasiada luz, por lo que es una planta idónea para tener en interiores.
De cualquier modo, lo ideal es tenerla a semisombra, y no someterla a heladas. Hay que regarla únicamente cuando el sustrato está seco, mejor si es ligero y de material poroso. La frecuencia es de aproximadamente 15 días en verano y un mes en invierno.
No necesita abonos, ni suele verse afectada por las plagas. De cualquier forma, no deja de ser un vegetal vivo y hay que procurar darle los cuidados adecuados.
Se puede reproducir por división de rizomas, o reproducir Sansevieria por pencas. En este último caso, habría que cortar un trozo de penca, dejar que cicatrice y plantarla en una maceta con sustrato húmedo y fértil, y mantenerla a temperatura templada hasta que agarre completamente y empiece a cobrar fuerza.