Los robles corresponden a un conjunto de árboles clasificados bajo el género Quercus, originario del hemisferio norte. Su nombre se deriva del latín robur. Por lo general forman parte de entornos de climas templados; poseen hojas blandas y con bordes sinuosos o con ondulaciones. Dentro de todos los tipos de robles uno de los más notables en toda Europa corresponde a Quercus robur, también denominado «Carbayu en Asturias».
Generalemnte el roble crece en suelos con humedad. En el caso de la Península Ibérica sólo abunda en las cordilleras húmedas o las regiones más septentrionales. En silvicultura no suele ser empleado debido a su lento crecimiento; sin embargo, su madera es una de las más apreciadas del mundo.
Este árbol que tiene comúnmente entre 15 y 20 m de altura y veces alcanza hasta 40, con tronco grueso y grandes ramas tortuosas, hojas perennes, casi sentadas, trasovadas, lampiñas y de margen lobulado, flores de color verde amarillento en amentos axilares, y por fruto bellotas pedunculadas, amargas. Su madera es dura, compacta, de color pardo amarillento y muy apreciada para construcciones.