La Eriobotrya japónica, más conocida como níspero, es un árbol de la familia de las Rosáceas.
El níspero es un árbol perenne de origen asiático. Se cree que los primeros árboles se dieron en China, desde donde se expanden a Japón y otras provincias. En Europa, es introducido como árbol decorativo, extendiéndose principalmente por las regiones de clima Mediterráneo.
Se trata de un árbol que puede alcanzar los 9 o 10 metros, aunque estamos acostumbrados a verlo más pequeño. Esto es debido a su empleo y desarrollo como árbol ornamental a través de los años.
Su copa es frondosa y redondeada, gracias a sus grandes hojas. Éstas son de color verde oscuro, coriáceas y muy nervadas, cubiertas de vellosidades. Su tamaño es grande, pudiendo medir entre 10 y 20 centímetros en la mayoría de los casos.
A finales del invierno o principios de primavera florece produciendo inflorescencias blancas de aroma fragante.
Tras la flor, el níspero da sus frutos, pomos redondeados de color dorado. Los frutos son comestibles y consumidos habitualmente por su sabor dulce. En su interior, cada níspero cuenta con varias semillas, de las que es fácil conseguir que brote un nuevo árbol.
Los nísperos son árboles resistentes, que toleran las temperaturas bajas, aunque prefieren climas templados. Se adaptan a todo tipo de suelo, (excepto los salinos), si bien éste influirá en el calibre de los frutos.
Necesita riegos abundantes, sobre todo en primavera y puede verse atacado por la mosca de la fruta.