Para muchas personas, el día de Todos los Santos es sinónimo de llevar flores al cementerio, algo muy extendido y muy común en nuestros días, pero… ¿sabemos desde cuando se realiza esta tradición?
Los orígenes de la tradición de llevar flores a los difuntos
Esta tradición viene desde la antigüedad, donde según diferentes hallazgos, se velaban a los muertos durante varios días. Se dice que como la descomposición hacía que los cuerpos oliesen mucho, sobre todo en los días de más calor, las flores se utilizaban para disimular el olor.
El ser humano siempre ha estado muy unido con las flores desde hace muchos siglos y según parece, la primera sepultura a la que se le llevaron flores, podría datar de más de 10.000 años. Se trata de un descubrimiento hecho en Israel, donde se encontraron restos de plantas de colores en unos enterramientos que se remontan a la Edad de Piedra.
La cultura que hacía esto eran los natufienses, la cual se desarrolló a orillas del Mediterráneo hace entre 10.000 y 13.000 años. Es muy posible que fueran los primeros humanos que se consideraban como agricultores.
Fueron los primeros en poner flores sobre las sepulturas
De momento no hay pruebas que demuestren que esto no se hiciera antes de esta época. Los natufienses son la civilización que pudo originar esta tradición tan común en estos días, sobre todo en el día de Todos los Santos.
Uno de los aspectos más destacados de esta civilización tan poco conocida es que se tomaban mucho tiempo para preparar a los muertos para su funeral. Eran tan detallistas que no solo le daban flores sino que depositaban al cadáver en una cama de flores.
Hoy en día el uso de las flores es completamente diferente, se lleva una corona o un ramo al funeral y ramos de flores a las tumbas o nichos en los cementerios.