Perteneciente a la familia de las umbelíferas, la zanahoria es una planta bianual, pero cultivada como anual para aprovechar al máximo las propiedades de la raíz comestible ya que en el segundo año florece lo que le quita los nutrientes. Las zanahorias se acreditan con muchas propiedades medicinales, que se dice para limpiar los intestinos y ser diurético, remineralizante, anti diarreico, un tónico general y anti anémico. La zanahoria es rica en elementos alcalinos que purificar y revitalizar la sangre. Ellos alimentan todo el sistema y ayuda en el mantenimiento y equilibrio en el cuerpo. La zanahoria también tiene una reputación de ser un vegetal que ayuda a mantener una buena visión. La zanahoria rallada cruda puede ser aplicada como una compresa, para quemaduras para un efecto calmante. Su muy energizante jugo tiene un efecto beneficioso sobre todo para el hígado. Si se consume en cantidades excesivas, las zanahorias pueden causar la piel amarilla a su vez, este fenómeno, que se llama Carotenemia y causados por el caroteno que figuran en las zanahorias, es visto con frecuencia en niños pequeños, pero no es en absoluto peligrosa.
La zanahoria también contiene vitaminas C y E, Sus usos son variables, se puede consumir cruda o después de lavarla, rallada, en zumo, en ensaladas.
Se le recomienda a los diabéticos aumentar el consumo de zanahoria ya que es rica en antioxidantes que ayudan a prevenir los daños causados a los pequeños vasos sanguíneos de los ojos.
Tan solo cien gramos de zanahorias aportan el 110% de vitamina A, el 13% de la C, el 5% de la E y el 10 % del ácido fólico que necesitamos cada día. Como ocurre con todos los vegetales, es más aconsejable cruda que cocida.