Cuando tienes un jardín ya formado sabes que vas a acabar utilizándolo sobre todo en el verano, cuando haga calor y quieras disfrutar de su olor y de los encantos que puede tener un jardín de noche.
Sin embargo, uno de los accesorios que muchas veces olvidamos en los jardines es la iluminación, bien a través de farolas pequeñas o de antorchas.
Normalmente va a depender mucho de cómo esté hecho el jardín para elegir un tipo de iluminación u otro. Por ejemplo, si tienes un jardín donde se ha hecho un camino con baldosas, no estaría mal poner iluminación por esas baldosas (yo pondría una luz en el suelo, como pequeños focos, de modo que se fuera iluminando el camino).
En partes del jardín, quizás las que más vayamos a usar, sí que se pondría una iluminación mayor que nos proporcione la luz suficiente para poder ver sin forzar la vista (como un par de farolas o alguna colgante).