Se trata de un arbusto de hoja caduca, de la familia Anacardiaceae, que crece al sur de Europa y se extiende por buena parte de Asia.
Es de porte leñoso y frondosas ramificaciones, pudiendo superar los 5 metros de altura. Es por ello, que se puede cultivar como árbol o como seto, ya que llega a ser bastante frondoso.
Sus hojas son verdes, pero se tornan de color rojizo en otoño, desde los tonos anaranjados hasta los granate intenso. Su forma es ovalada, con un tamaño de unos 5 centímetros de longitud.
Lo más curioso es su floración, pues las flores crecen en espigas con forma de escobilla, de color rosa, una especie de racimos plumosos que recuerdan al algodón de azúcar, en cuyas puntas se abren diminutas inflorescencias, desde finales de primavera, hasta otoño. Ésto hace que sea muy utilizado con motivo ornamental en jardinería.
Prefiere temperaturas cálidas y aguanta bien el sol. Durante los inviernos, si se producen heladas, el Cotinus hiberna hasta la primavera siguiente.
Necesita suelos húmedos y bien drenados, aunque puede aguantar periodos de sequía.
La poda es necesaria si queremos transformarlo en árbol, para lo que habrá que ir eliminando las ramas más bajas del tallo principal.
Se propaga por esquejes, tratados previamente con hormonas de enraizamiento.