Las patatas seguro que, para algunos niños, le resultan extrañas, más cuando las patatas tienen su tiempo y, al sacarlas, se ve que han echado raíces, llegando los niños a quedarse extrañados de lo que ven y teniendo que explicarles el motivo por el cual ocurre eso.
Como sabes, los niños son muy curiosos y no vendría mal que se les explicara desde niños cómo funcionan las plantas y los alimentos que comemos. Por eso, algo que puede venir bien es plantar una patata con ellos, de modo que, al cabo del tiempo, vean cómo salen patatas e incluso creen su propio huerto para ayudar a mamá y a papá con la comida aportando de esa forma sus propios alimentos.
Lo primero que has de conseguir es una maceta, a poder ser profunda y grande para que no tenga problemas. Si tienes patatas con raíces ya úsalas para que sea más rápido el proceso. Tu hijo o hija ha de ayudarte ya que estará encargado de cuidar la planta hasta que podamos descubrir las patatas nuevas que van a salir.
Has de plantarla no demasiado profunda pero sí cubierta entera y regarla solo un poquito. Normalmente las patatas no necesitan mucha agua pero sí una tierra rica para poder desarrollar nuevas patatas.
Pasado un tiempo, cuando veas que las hojas empiezan a amarillear y a caerse, la planta a debilitarse, será hora de coger esa planta y tirar de ella para desvelar las nuevas patatas que se han creado en el interior de la tierra.
Esto a veces suele darse en los meses de otoño por lo que pasa toda la primavera y verano como una planta sin más. Ten cuidado porque pueden olvidarse de ella (para los niños es mucho tiempo).