Hoy quiero hablarte de una planta rara, al menos en nombre, pero que en realidad es de las más hermosas que podemos encontrar. Se trata de la Clivia, una planta herbácea con hojas largas, planas y gruesas que se conserva durante todo el año. De ella nacen flores que salen del tallo a finales del invierno y que son de un color pálido y entre rosa y rojo.
La planta no necesita mucha luz y vive mejor en semisombra. Además, son muy resistentes y fáciles de cuidar. Sus riegos han de ser regulares y en abundancia en verano además de abonarla cada 15 días. A finales del verano se va reduciendo y en invierno no es necesario.
Esta planta sufre en muchas ocasiones de los insectos cochinillas que aparecen en invierno si la planta tiene demasiado calor y para quitarlas hay que eliminarlas a mano con un algodón mojado en alcohol metílico.