A lo mejor te has encontrado alguna vez con esta situación: Se trata de un bonsai, o una planta en general, que no ha brotado, que tiene las ramas quebradizas y que, por más que cuidas, no hay forma de que la planta haga algo.
Lo primero que pensarás es que está muerta pero si haces una incisión en el tronco y ves que está verde quiere decir que hay esperanza pero has de hacer algunas cosillas.
Cámbiala de sitio. A veces los bonsais son muy estrictos en su ubicación y no les gusta estar en una parte determinada de la casa. Si a los dos días empiezas a ver un cambio sabrás que ese es su lugar ideal.
No se te ocurra tirarla. Aunque no haya brotado y no veas que vaya a hacerlo, hay esperanza. A veces la propia planta se protege contra enfermedades teniendo ese comportamiento pero cuando la supera brota como si nada.
En estos casos lo mejor es no echarle ningún producto contra «bichos» ya que, si la planta está débil, eso sólo puede ser peor.
Los bonsáis pueden llegar a brotarte al año siguiente de estar como muertos así que no te olvides de él a la hora de regarlo o de tener en cuenta sus necesidades.