Hace poco publicamos un artículo en el que presentábamos un jardín urbano vertical en pleno centro de Madrid, pues bien, el de hoy vamos a dedicarlo a The Burnley Living Roofs, un nuevo proyecto que introduce la biodiversidad en el ámbito urbano.
The Burnley Living Roofs se inauguró en 2012 en el campus de Burnley de la Universidad de Melbourne, en Australia y está basado en un proyecto de cubiertas verdes sostenibles en climas extremos. La ciudad de Melbourne cuenta con una climatología extrema, que alcanza temperaturas superiores a los 40 grados en verano, temporadas cortas de lluvias torrenciales y fuertes heladas en invierno.
El proyecto plantea el problema de la integración de la naturaleza en los espacios ocupados por las ciudades, donde el asfalto y los edificios rompen con la biología del entorno. En Melbourne, casi un 20% del espacio urbano está ocupado por las cubiertas de los edificios, por lo que se planteó la posibilidad de introducir en ellas espacios verdes sostenibles y beneficiosos para el entorno.
The Burnley Living Roofs cuenta con tres espacios ajardinados que se sustentan sobre un perfil de aluminio y finas mallas metálicas en los que se han usado finas capas de suelo de materiales ligeros, como la fibra de coco, corteza de pino o teja triturada, de manera que no comprometieran la estructura del techo del edificio.
La cubierta de investigación tiene 80 m2 y es el espacio donde se analizan los beneficios energéticos e hídricos que proporciona el espacio ajardinado.
La cubierta de la Biodiversidad, con 55 m2, intenta recuperar la presencia de especies de insectos y pájaros en la terraza, por lo que cuenta hasta con una charca.
Por último, la cubierta de Demostración exhibe más de 200 especies de plantas autóctonas, perfectamente adaptadas a la climatología de la región.
En cuanto a los beneficios estudiados, las cubiertas verdes ahorran hasta casi un 50% de ahorro en refrigeración, consiguiendo bajar la temperatura en el interior hasta 4 grados; reducen las escorrentías de las fuertes lluvias; aíslan del ruido; oxigenan la atmósfera y proporcionan una fresca y verde imagen de las ciudades.
Se espera que el proyecto pueda estudiarse e introducirse en ciudades de cualquier parte del mundo.