Nunca está de más tener los conocimientos suficientes como para tener protegidas a nuestras plantas en cualquier momento del año. Después de la llegada del invierno, la presencia y acción de las plagas se reduce notablemente, sobre todo porque es difícil para ellas sobre vivir al frío.
A pesar de ello, las heladas pueden llegar a conseguir que las plantas se encuentren menos protegidas frente a los ataques y hacen que enfermen con mayor facilidad.
Los principales enemigos de la época de invierno son los hongos, sobre todo gracias a la humedad. En invierno, y semanas posteriores, se dan las circunstancias adecuadas para que los hongos proliferen. Estas condiciones son las bajas temperaturas y la humedad.
Esto hace que las plantas puedan llegar a congelarse y sufran mucho, especialmente si no hemos tenido la precaución anteriormente de protegerlas. Para poder acolchar los ejemplares sobre tierra, se puede colocar paja o más tierra sobre la zona en la que se encuentran, siempre bordeándolos. Si están en un tiesto lo mejor es envolverlo con papel de periódico o plástico de burbujas para embalar.
Botritis, el hongo enemigo de las plantas
La botritis o pudrición gris, hace que las hojas y el tallo de las plantas tenga una especie de polvillo gris que demuestra la presencia de ese hongo microscópico que tanto daño puede hacer a las plantas. Por eso hay que intentar eliminarles el exceso de humedad que tienen.
En caso de que haya muchas heladas y lluvia, lo mejor es proteger todas las plantas que podamos y evitar sobre todo que descansen sobre superficies mojadas o que tengan un gran exceso de humedad, en caso de que no estén plantadas en el jardín.
Si vemos que las plantas experimentan un cambio en sus hojas, las cuales tienden a enrojecerse o amarillear, nos están avisando de la situación, de que tienen problemas. Por eso hay que poner remedio, pero sobre todo que no se acumulen humedades para evitar la botritis.