Su nombre científico es «Uncaria tomentosa« y comúnmente a esta planta de uso medicinal se la conoce como Uña de gato, Uña de Gavilán, Garabato, Bejuco de agua, Chocó, Rangaya, Damento, Unganangi. Su lugar de origen es Perú y pertenece a la familia de las Rubiáceas (Rubiaceae). Su nombre vulgar más conocido, uña de gato, se debe a sus espinas que se asemejan a las uñas de un gato. Existen otras plantas medicinales que son llamadas con el mismo nombre por lo que conviene usar su nombre científico para evitar su confusión.
Crece desde Panamá hasta el sur de Perú, comprendiendo zonas e Venezuela, Colombia, Ecuador y casi todo Centroamérica. Esta fue una de las plantas medicinales más utilizada durante años por los indios para el tratamiento de numerosas enfermedades. La corteza se extrae cuidadosamente de los tallos cortados por encima de un metro del suelo, para que la planta pueda regenerarse. Tradicionalmente se utiliza su corteza, sus hojas y la raíz para hacer un té curativo.
Se trata de una planta trepadora y enredadera, grande y leñosa. Las hojas son pecioladas, de 1 a 1,5 cm de longitud, con una lámina foliar oblonga o ovalda, y tienen el ápice acuminado agudo o corto. Las mismas son de color verde-amarillento y tienen el envés tormentoso, de ahí deriva el nombre tormentosa. Las inflorescencias cuentan con pedúnculos pubescentes y las flores son sésiles. El fruto es una cápsula que posee ramas pequeñas y terminales de color verde claro.
Entre sus principales indicaciones se encuentran: problemas digestivos, inflamaciones, artritis, úlceras, dolores por reumatismo, Inmunodeficiencia HIV o SIDA, infecciones de toda índole, tumores, procesos virales, Gonorrea, Diabetes, heridas profundas, hemorroides, fístulas, y trombosis ya que disminuye la capacidad de coagulación de la sangre. Puede encontrarse en cápsulas, comprimidos, infusiones, en forma de corteza, raíz u hojas secas, o también en tinturas.