La Persicaria, también conocida como Duraznillo es una planta perteneciente a la familia de las Polygonaceae. Su nombre científico es «Polygonum persicaria» , es nativa de Europa y Asia, y habita en terrenos húmedos, siendo muy común en el continente europeo. Etimológicamente su nombre proviene de las palabras griegas poly, «muchos» y gonu, «nudo». Aunque existe una teoría que afirma que la segunda parte del nombre deriva de la palabra griega gonos, «niños».
Se trata de una planta trepadora, de ciclo vital anual, glabra, de tallos rojizos, muy ramificados y erectos que pueden llegar a inclinarse hasta caer al suelo en algunas circunstancias; su altura oscila entre los 20 cm y 1 metro. Las hojas se caracterizan por tener forma de lanza, son oval-lanceoladas, alternas, sésiles, sagitadas, enteras, de ápice agudo, de bordes lisos afilados, de 8 a 10 cm de longitud, de cortos pecíolos, de tonalidad verde oscura y algunos ejemplares poseen una mancha en el centro del limbo.
Sus flores aparecen agrupadas en espigas delgadas, y pueden ser de color rojo, rosado o blanco. La época de floración de la Persicaria es desde comienzos del verano hasta finales del otoño. Sus frutos son un aquenio trígono, que se generan luego de que se produce su fecundación y tienen un tamaño muy reducido.