Desde la Universidad de Oxford han publicado recientemente un estudio en el que se revela que las plantas tienen la capacidad de reaccionar a la anestesia, de una forma bastante parecida a animales y a humanos, razón por la que podrían ser usadas en la realización de pruebas clínicas.
La anestesia funciona con las plantas
En esta investigación, cuyos resultados han sido publicados por la revista Annals of Botany, se recuerda cómo la anestesia fue empleada por primera vez en el siglo XIX, cuando se descubrió que inhalar gas de éter tenía la capacidad de evitar que los pacientes sufriesen dolor durante las intervenciones en el quirófano.
Desde ese momento se han encontrado muchas sustancias de origen químico que pueden provocar efectos anestésicos, aunque se ha avanzado que de momento queda mucho trabajo de investigación que realizar.
En este estudio se indica que a pesar de que en un periodo aproximado de unos 150 años se han usado muchas clases de anestesia, no se sabe mucho sobre cómo esos componentes diferentes, que no tienen similitudes estructurales inducen a la pérdida de conciencia.
Las plantas, el mejor conejillo de indias
Según el equipo de investigadores, la anestesia también funciona en las plantas tal como avanza el equipo de investigadores. Se encontró que cuando expusieron a las plantas a estas sustancias, varias de ellas perdieron sus movimientos autónomos.
La Dionaea atrapamoscas dejaba de generar señales eléctricas y sus trampas continuaban abiertas al tacto. Por otro lado también quedó demostrado en los zarcillos de guisantes, los cuales abandonaron sus movimientos autónomos, quedando completamente inmovilizados y adoptando una forma ciertamente curvada.
Los expertos coinciden en que aun hay que hacer muchas pruebas pero que lo que se ha conseguido hasta ahora permitirá continuar con las investigaciones porque ya hay algo tangible y no son meras hipótesis.