
Acaba de llegar la primavera y las plantas hace tiempo que parecen haberse enterado, pero ¿cuál es el mecanismo que las activa? Al parecer se trata de un gen llamado PIF4, que aumenta la actividad de las moléculas de proteína con la subida de las temperaturas.

Si bien se pensaba que el aumento de las horas de luz y temperatura eran los detonantes para que las plantas comenzaran a florecer y a brotar, los últimos estudios están demostrando que es más bien la temperatura la que acomete esta función.
Si bien la duración de las horas de luz es fundamental para el desarrollo de algunas plantas, las que se reproducen por aumento de temperatura están comiendo terreno a las primeras, que comienzan a desaparecer de sus hábitats, poniendo en peligro el ecosistema que conforman junto a insectos y pájaros polinizadores.

Este es el motivo de que el cambio climático esté afectando a la temporalidad de los cultivos, sin embargo, el descubrimiento de este gen abre la puerta a la esperanza, ya que los científicos están trabajando en identificar las moléculas que intervienen en el proceso de estimulación, para poder intervenir en ellas y modificar su respuesta al aumento de las temperaturas.
De este modo se equilibraría de nuevo el número de plantas que usan la luz para iniciar su crecimiento y se mejoraría la calidad de los cultivos, que son menos productivos cuando las temperaturas son altas.