Muchas plantas, aunque no se conozca, tienen una serie de leyendas que dan forma y significado al valor de la planta, es decir, adquiere un matiz más hermoso o romántico cuando se conoce la historia de esa flor.
Por eso hoy quiero hablarte de la leyenda de la anémona, una leyenda hermosa pero plagada de celos y deseos aunque con final feliz.
La leyenda nos sitúa en el jardín de la Ninfa de las flores, llamada Cloris. A ese jardín solía acudir siempre Céfiro, el Espíritu del Viento de Occidente que estaba enamorado de Cloris. Sin embargo, la ninfa solo se reía de él y le ponía las cosas difíciles.
En ese jardín también vivían otras ninfas, una de ellas llamada Anémona, una joven hermosa y más joven que Cloris, pero pura y dulce. Tanto que Céfiro comenzó a sentirse interesado por él y, al verlo Cloris, ésta sintió celos y la echó del Jardín al bosque para que muriera o la mataran las bestias que allí poblaban el lugar.
Sin embargo, después de Céfiro visitar el Jardín y no encontrarla, y de creer las mentiras de Cloris, un día viajando a través del bosque encontró a Anémona malherida y a punto de morir. Recogió su cuerpo protegiéndola con extrema delicadeza convirtiéndola en una blanca y graciosa flor que crece al pie de los árboles cuando florece la primavera.
Es por eso que la anémona, aunque se pueda ver como una flor con poco significado, aquí puedes ver que significa el amor puro de dos personas que se quisieron pero no pudieron seguir juntas.
De cara a San Valentín, puede venirte bien esta leyenda porque, a decir verdad, nosotros podemos cambiarlo todo, ¿verdad?