La Glicina es un arbusto originario del Extremo Oriente, específicamente de China y Japón, y fue introducida en Europa en 1816. Su nombre científico es Wisteria sinensis y pertenece a la familia de las Leguminosas. Vulgarmente también se la conoce como «Glicinia» y «Flor de la pluma».
La glicina es una de las plantas más atractivas para el jardín ya que posee unas flores maravillosas y además tiene la particularidad de ser una planta trepadora ideal para recubrir muros, glorietas y también para decorar terrazas y balcones.
Es un arbusto caducifolio que puede alcanzar una altura de 15 metros y llega a vivir más de 100 años. La glicina está provista de hojas alternas, compuestas, de forma oval y poseen 5 o 6 pares de foliolos.
Sus flores son de gran tamaño, muy perfumadas, reunidas en largos racimos colgantes, y pueden ser de color lila, blanco o rosa. Las mismas puede llegar a tardar varios años en salir y su época de floración es durante la primavera, aunque también puede hacerlo en los meses de verano.
La situación ideal de la glicina es a pleno sol y, a pesar de soportar bien las heladas, lo más conveniente es que crezca en un emplazamiento cálido y muy soleado. El riego debe ser regular siendo más frecuente durante los primeros días de vida de esta planta.
Se multiplica por esquejes en verano, mediante acodo en otoño, o también por semillas, aunque de esta última forma tardará más en florecer la primera vez.
Antes todo el mundo tenía glicinas y ahora desaparecieron no sé por qué motivo.Se sentía por todas partes el aroma de esta hermosa flor.
Cómo las extraño.