Hay muchas flores tropicales que no podemos tener en nuestro jardín, bien porque nos falta espacio, porque sabemos que no se adaptan al clima o simplemente porque no nos gustan, y con el nombre que tiene esta flor seguro que nos gusta menos.
Su nombre es Rafflesia, pero se la conoce como «la flor cadáver», una flor que no tiene tallo ni hojas ni raíces sino que se adhiere a otra planta, en este caso la vid Tetrastigma, para sobrevivir.
Los que la han visto en persona dicen que esta flor desprende un olor nauseabundo y asqueroso (como si estuviera podrida), de ahí su nombre. Ese olor, que a nosotros nos repele, es un delicioso aroma para las moscas y escarabajos de carroña que se ocupan de la polinización de la planta.
Ésta florece pero las flores solo duran una semana antes de morir de nuevo.
La planta es característica de verla en Tailandia, Malasia peninsular, Sumatra, Java, Borneo y Filipinas, normalmente en los bosques.
Lo que sí está claro es que, como planta de Halloween, no estaría mal pero dudo que alguien la quiera en su jardín, sobre todo por el olor que desprende (que no es a rosas precisamente).
Su tamaño puede alcanzar un metro aunque hay más pequeñas y otras variedades que, si bien no están emparentadas, son más grandes (de hecho hay una que ostenta ser la planta más grande del mundo).
Para verla en todo su esplendor has de viajar a esos lugares en las épocas de lluvia que es cuando florece más y puedes verla en acción con los insectos y, sobre todo, con el olor que desprende.