La Kentia, también conocida como Palma del Paraíso, es una planta perenne y es la palmera más popular entre los ejemplares de interior. Su nombre científico es Howea forsteriana, pertenece a la familia de las Arecáceas y es originaria de Australia.
En cuanto a su altura, estas pueden llegar a alcanzar los 3 metros. La Kentia es muy fácil de cultivar y su crecimiento es bastante lento, caracterizándose por crecer a lo alto.
Sus hojas son de color verde oscuro por el haz y más claras por el envés y se encuentran divididas en muchos foliolos largos, estrechos y arqueados que hacen un efecto de abanico muy atractivo. Sus flores son blancas, que se sitúan en espigas que se unen en la base.
La Kentia crece sin inconvenientes y por lo tanto no es necesario llevar mucho control de la misma durante su crecimiento. La tierra más adecuada para esta planta es la turba o el abono orgánico a base de turba, mantillo, marga y arena.
En cuanto a su riego, durante el invierno lo más aconsejable es regarla cada 10 o 15 días, y durante el verano, 2 veces a la semana, aproximadamente. Lo ideal es dejar que la tierra se seque entre un riego y otro, y además, que el agua no se estanque.
Algo muy importante es, que mientras esta planta es joven no reciba directamente la luz del sol, y luego, cuando pasa los cinco años de edad crece mejor en espacios de sol pleno.