Si te gustan las plantas de interior, pero no puedes dedicarles mucho tiempo ni tienes la posibilidad de instalarlas en casa porque no tienes tiempo para regarlas o no sabes cómo cuidarlas, siempre puedes construirte un jardín zen pequeño para matar el gusanillo.
Fuente imagen
Un jardín zen es fácil de preparar y puede suplir la ausencia de las plantas de interior. Tus invitados lo encontrarán realmente encantador si sabes cómo montártelo bien. Necesitas un recipiente, arena de un color bonito, un rastrillo con el que relajarte y elementos decorativos que le den un aire especial a tu pequeño jardín de interior. Si te animas, puedes incluir alguna planta. Podrías empezar con un cactus, que es resistente y los hay verdaderamente simpáticos a tamaño de bolsillo. También puedes añadir alguna vela, como en los de la imagen. Lo que se te ocurra que cree armonía.
Como elemento decorativo, el jardín zen resulta atractivo, sofisticado y un poco extravagante por aquello de su procedencia oriental. Por otra parte, presenta la gran ventaja de ser un canalizador del estrés y de la ansiedad.