¿Sabes que existen algunas flores comestibles? Si, si, de esas que puedes comer sin que sean de dulce sino flores de verdad. Claro, el problema aquí sería tener la suficiente curiosidad y entereza para probarlas porque no todos se arriesgan a probarlas, o lo hacen una sola vez.
Las flores comestibles a veces se entienden como flores venenosas o que son difíciles de comer pero en realidad no es así. De hecho, las más comunes (que no quiere decir que sean las únicas) son rosas, violetas, capuchinas, borrajas, salvia y hemerocallis. Se trata de flores que puedes encontrar fácilmente en el mercado o que puedes tener en tu propia casa.
A la hora de comerlas, no es simplemente que las cojas, las laves y te las lleves a la boca, obviamente no es así como mejor te van a saber. Lo mejor es dejarlas unas horas en agua fresca y después sacarlas de ahí y ponerlas en el frigorífico.
Las flores pueden ser parte de las ensaladas de tal manera que al aliñar le das un poco más de sabor. Además, el hecho de que desprendan olor hará que combine con otros alimentos como el tomate o la lechuga.
Por supuesto, también se pueden tomar solas, pero al principio te resultará extraño comerte algo así. Eso sí, te recomiendo que eso solo lo hagas con tus plantas a sabiendas que no has usado ningún producto nocivo para el consumo humano. Hay que prevenir eso porque puede ser peligroso tomar algún herbicida, aunque sea mínimo.
Como ves, si que hay flores comestibles, otra cosa es que seas capaz de probarlas o de repetir. Hay personas que sí las comen y no las encuentran desagradables así que merece hacer la pena, al menos una vez en la vida.