Hoy vamos a dedicar unas líneas al curioso invernadero alpino de Kew. Se trata de la Casa Alpina de Davies, en el Museo Botánico de Kew (Londres).
Fue diseñado por el estudio de arquitectura Wilkinson Eyre, uno de los más importantes de Inglaterra, con la intención proporcionar las condiciones idóneas para el desarrollo de un importante número de especies alpinas.
Se trata de una estructura de vidrios de 12 milímetros de espesor, 16 metros de largo y 10 de alto, formada por dos arcos opuestos que dan lugar a un espacio seco, luminoso y muy ventilado, provisto de mecanismos de sombreado automático que se activan cuando las temperaturas son más elevadas.
La estructura cuenta con una serie de pasillos subterráneos con unas tuberías por los que circula el aire a baja temperatura, que es expulsado al interior del invernadero a través de una especie de cañones, dando lugar a una corriente continua de aire frío, gracias al efecto chimenea que genera el diseño del espacio.
Se trata de un sistema tradicional y sostenible que no precisa de aire acondicionado ni de ninguna tecnología de gran consumo energético.
En su interior, se exhiben aproximadamente 200 especies de plantas de montaña, que se van sustituyendo periódicamente por alguna de las 7.000 variedades existentes.
Diferentes especies de campánulas, prímulas, pequeños helechos, tomillos, siemprevivas o la extraña y casi extinta Tecophilaea cyanocrocus, conocida como Azafrán azul chileno, una de las más hermosas del muestrario.
La Casa Alpina de Kew, Alpine House, fue premiada por el Royal Institute of British Architects en 2006, como el edificio más singular del año.