El albaricoquero es un árbol frutal originario de Asia y cultivado en áreas mediterráneas, China, Japón, Himalaya y Asia. Pertenece a la familia de las Rosáceas y su nombre científico es Prunus armeniaca. Este árbol puede alcanzar una altura máxima de 6 metros y sus ramas rojizas forman una copa redondeada y amplia.
Sus hojas son caducas, de forma oval, con el haz de color verde oscuro y más pálidas en el envés, arrolladas cuando jóvenes y lisas después, brillantes, acorazonadas en la base, terminadas en ápicepuntiagudo, dentadas y de hasta 9 cm de longitud.
Las flores, que aparecen reunidas en parejas o solitarias, son de gran tamaño, con cáliz rojo y pétalos blancos o rasados, y aparecen en gran cantidad cubriendo todas las ramas a lo largo, antes que lo hagan sus hojas. La época de floración de este árbol se produce a principios de la primavera.
Su fruto es el damasco, también llamado chabacano, albérchigo, albarillo o alberge, es un fruto comestible, carnoso y de agradable sabor. Este es una drupa de color amarillento o anaranjado con tonos rojizos, con pulpa amarilla que aparece rodeando el hueso liso, el cual contiene en su interior una semilla exótica. El tamaño del damasco varía dependiendo de la variedad que se trate.
Albaricoquero, cuidados
Es un árbol propio de los climas templados que requiere del calor estival para que su fruto madure por completo, y es resistente tanto a las sequías moderadas como a los fríos intensos. Respecto al suelo prefiere suelos, secos, cálidos, profundos y ligeros.