Comienza el mes de octubre y el otoño, así que hoy enumeraremos una serie de consejos y cuidados de nuestro jardín necesarios si queremos preparar nuestras plantas para la nueva estación.
Lo primero que haremos será ocuparnos de las plantas de temporada que empiezan a secarse. Las tareas más importantes serán:
- Recoger las semillas de plantas que queremos volver a sembrar la próxima primavera. Para ello, cortaremos la flor que contenga las semillas maduras y dejaremos que se seque sobre un periódico o dentro de una bolsa de papel, antes de hacer acopio de las semillas.
- Desenterrar los bulbos de las plantas de verano y sustituirlos por bulbos de otoño. Los bulbos sanos que retiremos podemos dejarlos hibernar y guardarlos para la temporada siguiente.
- Limpiar las especies caducas de la temporada anterior que ya solamente estropean y afean nuestro jardín.
- Sustituir las plantas que hemos quitado por otras de esta temporada: el brezo, los ciclámenes, los crisantemos de otoño, etc.
Con el resto de plantas tendremos en cuenta lo siguiente:
- Es hora de recortar los setos y dejarlos limpios de cara a los próximos meses, ya que cuando llegue el frío, crecerá mucho más lento y apenas será necesario podarlos.
- En plantas arbustáceas y trepadoras, podaremos las ramas secas y quebradizas.
- Aprovecharemos los recortes para replantar por esqueje aquellas plantas que queramos.
- Podaremos el exceso de tallos de los rosales, pero cuidado con todas las podas! Hay que hacerlas durante días soleados y evitando la humedad para impedir que puedan proliferar los hongos o las plagas.
- Por último, tratar o controlar las plagas: el Oidium y los pulgones suelen darse en estos meses húmedos y no del todo fríos.
El césped:
- Primero limpiarlo de hojas secas y restos de vegetación que no solo afean nuestro jardín, sino que pueden servir de nido de plagas.
- Escarificar el césped: Rastrillar la superficie para arrancar el ‘fieltro’ que es una especie de manto de raíces que se forma sobre la tierra y que impide la oxigenación y el drenaje de la hierba. Además, suele dar lugar a que se surjan hongos.
- Oxigenar la tierra, realizando agujeros de entre 7 y 10 centímetros de profundidad, con la ayuda de una orca o herramientas específicas. De esta manera, conseguimos oxigenar las raíces.
- Resembrar las posibles calvas.
- Abonar con un sustrato compuesto por nitrógeno, fósforo y potasio.