Cuidados de nuestro jardín en octubre

Comienza el mes de octubre y el , así que hoy enumeraremos una serie de consejos y de nuestro jardín necesarios si queremos preparar nuestras plantas para la nueva estación.

Lo primero que haremos será ocuparnos de las plantas de temporada que empiezan a secarse. Las tareas más importantes serán:

  1. siembra-bulbosRecoger las semillas de plantas que queremos volver a sembrar la próxima primavera. Para ello, cortaremos la flor que contenga las semillas maduras y dejaremos que se seque sobre un periódico o dentro de una bolsa de papel, antes de hacer acopio de las semillas.
  2. Desenterrar los de las plantas de verano y sustituirlos por de otoño. Los sanos que retiremos podemos dejarlos hibernar y guardarlos para la temporada siguiente.
  3. Limpiar las especies caducas de la temporada anterior que ya solamente estropean y afean nuestro jardín.
  4. Sustituir las plantas que hemos quitado por otras de esta temporada: el brezo, los ciclámenes, los crisantemos de otoño, etc.

Con el resto de plantas tendremos en cuenta lo siguiente:

  1. Es hora de recortar los setos y dejarlos limpios de cara a los próximos meses, ya que cuando llegue el frío, crecerá mucho más lento y apenas será necesario podarlos.
  2. En plantas arbustáceas y trepadoras, podaremos las ramas secas y quebradizas.Cortar seto
  3. Aprovecharemos los recortes para replantar por esqueje aquellas plantas que queramos.
  4. Podaremos el exceso de tallos de los rosales, pero cuidado con todas las podas! Hay que hacerlas durante días soleados y evitando la humedad para impedir que puedan proliferar los hongos o las plagas.
  5. Por último, tratar o controlar las plagas: el Oidium y los pulgones suelen darse en estos meses húmedos y no del todo fríos.

El césped:

  1. Primero limpiarlo de hojas secas y restos de vegetación que no solo afean nuestro jardín, sino que pueden servir de nido de plagas.Rastrillo
  2. Escarificar el césped: Rastrillar la superficie para arrancar el ‘fieltro’ que es una especie de manto de raíces que se forma sobre la tierra y que impide la oxigenación y el drenaje de la hierba. Además, suele dar lugar a que se surjan hongos.
  3. Oxigenar la tierra, realizando agujeros de entre 7 y 10 centímetros de profundidad, con la ayuda de una orca o herramientas específicas. De esta manera, conseguimos oxigenar las raíces.
  4. Resembrar las posibles calvas.
  5. Abonar con un sustrato compuesto por nitrógeno, fósforo y potasio.

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