Hay veces en las que los más pequeños gustan de tener una planta para cuidar ellos mismos y sabemos que las más resistentes, las que no necesitan que las atendamos constantemente e incluso el agua sólo les es necesaria muy de vez en cuando, son los cactus.
Pero para un niño dejarle un cactus es algo casi imposible porque lo primero que pensamos cuando nombramos un cactus es que éste tiene espinas y el niño puede clavárselas (al igual que nosotros).
Los cactus son bonitos, si, pero tienen espinas. Afortunadamente no todas las variedades tienen espinas y, ya sea porque tengas miedo a las espinas (agujas en general) o bien porque sea para tu hijo, los cactus sin espinas serían los mejores.
Por supuesto, los cactus más hermosos son los que tienen espinas pero con éstos no puedes jugar tanto como con los otros (en el sentido de que no puedes acariciarlo ni acercarte demasiado a la planta).
Lo bueno de esta plantas es que son muy baratas (podemos encontrar cactus de las dos variedades por menos de 1 euro).