Ahora que se acerca el invierno, queremos mostraros un curioso fenómeno con el que muy de vez en cuando nos sorprende la naturaleza. Se trata de un hecho en el que deben juntarse dos factores: bajas temperaturas y plantas leñosas. Solo en casos excepcionales, se produce el mágico suceso de las barbas de escarcha o las flores de hielo.
Las barbas de escarcha son una especie de envoltura con forma de algodón de azúcar, que a veces aparece enroscada entre las plantas que se encuentran expuestas a la intemperie durante el invierno.
Este fenómeno se produce cuando el frío comienza a congelar la savia de las plantas leñosas y semi-leñosas, que crece en volumen rompiendo ligeramente la corteza del tallo, por donde los líquidos internos de la planta empiezan a escapar lentamente.
La resistencia del tronco, la finura de los poros abiertos y la presión con la que intenta salir la savia, producen un efecto aerosol, pero los fluidos se congelan al contacto con el exterior, según van siendo expulsados, formando esta especie de hilos de seda que se van enredando, dando lugar a formas caprichosas y singulares.
Ni las plantas herbáceas ni las suculentas tienen la consistencia necesaria para que la savia escape del tallo produciendo estas formas que recuerdan a la espuma del pelo o de afeitar.
Es un fenómeno difícil de contemplar, pero muy curioso si tenemos la suerte de observarlo.
