Hoy os quiero hablar de la afelandra, una planta de interior reconocida por el color de sus hojas y sus flores. Es una planta que crece muy rápido y puede alcanzar hasta el metro de altura aunque es posible que si está bien cuidada crezca bastante más.
La afelandra tiene unas flores en forma de espiga que se componen de brácteas amarillas de 15 cm. de las que se asoman las flores (suelen ser desde finales de primavera hasta mediados del verano). En cuanto a sus hojas puedes encontrar tres tipos, grandes, que requieren más agua; variegadas, que necesitan más luz; y semiduras que son las que más aguantan.
La afelandra es de clima tropical por lo que le gusta el sol pero no demasiado y no soporta las heladas. La tierra que más le gusta es la turba y necesita abono desde la primavera hasta finales del verano.
Entre las enfermedades que puede tener están los pulgones, la cochinilla y la araña roja.
Como último detalle decir que esta planta siempre ha de estar húmeda ya que precidad de humedad en el ambiente y en sus hojas.