El abutilón es una planta trepadora que puede vivir tanto en interior como en exteriores. Se trata de un arbusto de hoja perenne originario de Brasil y otras regiones tropicales, que forma parte de la familia de las Malváceas.
Sus ramas son delgadas y elásticas, pudiendo llegar a crecer de forma considerable, sobre todo, en exteriores y cuando la planta se encuentra sembrada al natural, sin maceta. La mayoría de las veces se arquean y van a necesitar guías de crecimiento y sistema de anclaje.
Sus hojas, de color verde intenso, son ovaladas o con forma de corazón, palmeadas, nervadas y dentadas.
De primavera a otoño florecen, dando lugar a pequeñas campánulas que crecen de forma individual, colgando de peciolos, de colores que pueden ir del amarillo al rojo. De la campana de la flor sobresale una corona de estambres y en algunas especies puede llegar a parecer un auténtico farolillo chino.
El abutillón, como ocurre con la mayoría de plantas tropicales, necesita temperaturas suaves, entre los 10 y los 25 grados. Puede soportar temperaturas más bajas, pero no tolera bien las heladas.
Necesita suelos fértiles, húmedos y bien drenados. En verano, conviene aumentar los riegos y nunca le debe faltar buena iluminación.
Antes de la primavera conviene podarlo y recortar los tallos y eliminar aquellos que sean más viejos. También en esa fecha es conveniente trasplantar cada año la planta a una maceta mayor, si no la tenemos plantada en tierra.
Puede verse atacada por la mosca blanca y la cochinilla.
Se reproduce por esquejes.