Crear un bonsái

Un bonsái sabes que puedes hacerlo, bien comprándolo en una tienda, y cuidándolo ya con una forma definida básica la cual es complicada de cambiar y solo las ramas y ciertas partes de la planta podrías tocar, o bien creándolo tu misma desde el principio, o desde una planta pequeña.

Por ejemplo, si tienes un limonero y éste aún es pequeño, plantado en tierra, y quieres convertirlo en bonsái, te recomendaría que lo fueras sometiendo cada pocos meses a una poda de tal manera que se trata de darle fuerza al tronco para que éste engorde y se haga lo suficientemente grueso como para sacar el árbol de la tierra y situarlo en una maceta normal. Aquí ha de permanecer al menos dos años y también se irá realizando una poda para que siga engordando y creciendo.

En principio también necesitarás disminuirle el tamaño de las hojas (en otra ocasión ya te hablamos de la forma de hacerlo). Una vez ha pasado el tiempo, la maceta a mí me gusta ir reduciéndola poco a poco para que la planta no sufra mucho. Al ir reduciéndola tendrás que cortar parte de las raíces siempre con cuidado de no tocar la raíz principal (la más larga y gruesa que haya).

En ese momento es cuando puedes empezar a hacer variaciones en el tronco, en las ramas o inserciones en el tronco de tal forma que comienzas a crear el bonsái a tu gusto.

Si todo va bien, el árbol finalmente también puede dar fruto, pero al tamaño de su árbol, es decir, limones pequeñitos que se ven muy hermosos cuando tienen tantos limones. Lo mismo puede suceder con otros frutales. En bonsái es fácil hacerlos.