El membrillo de flor o membrillo japonés es el nombre común con el que se conoce a la planta Chaenomeles japónica, un arbusto de la familia de las Rosáceas. Se trata de un arbusto de hoja caduca original de Japón y de otras regiones de Asia oriental, muy utilizado en jardinería por su valor ornamental.
Apenas sobrepasa los dos metros de altura y está formado por ramas esbeltas, flexibles y espinadas de color marrón, vestidas por pequeñas hojas ovaladas de color verde brillante.
Su principal atractivo es la floración, que aparece sobre las ramas desnudas a finales del invierno, antes de que el arbusto comience a echar las hojas. Las flores, de color rojo intenso, aunque hay ejemplares con tonos más apagados, envuelven la madera en un bello contraste.
Pero el membrillo de flor también florece en verano, con algo menos de intensidad, cuando además cuenta con todas sus hojas. Esta flor produce unos frutos parecidos a las manzanas, de unos cuatro centímetros de diámetro.
El membrillo de flor puede cultivarse aislado o formando setos. También funciona muy bien junto a muros, ya que se adosa con facilidad a la pared.
Se cultiva en climas templados y fríos, pero necesita mucha luz, a ser posible, sol directo.
Se adapta bien a cualquier suelo, excepto a los calcáreos y conviene abonarlo antes del invierno y en primavera.
Puede ser atacado por el oídio, los pulgones y algunos ácaros.
Conviene podarlo para controlar las ramas jóvenes que pueden alargarse demasiado. Se multiplica por semillas o vástagos de la propia planta.