El hidrocultivo es una técnica de cultivo de plantas en la que no se utiliza la tierra como medio de anclaje vegetal. Para entenderlo mejor, tenemos que partir de la idea de que la tierra, no es más que un amarre que utilizan las plantas para desarrollarse y alimentarse de los nutrientes que en ella se concentran. Sin embargo, es posible que las plantas crezcan en otro medio, siempre y cuando reciban el sustrato alimenticio que necesitan, como ocurre por ejemplo con las plantas epífitas.
El hidrocultivo es una técnica que se viene desarrollando en terrenos con mala calidad de suelos o terrenos nocivos, pero que se ha ido incorporando al cultivo doméstico, por ser un sistema limpio, que necesita pocos cuidados, y que evita algunos tipos de enfermedades y plagas que se desarrollan en el sustrato.
Es un sistema de cultivo indicado para personas que viajan mucho o pasan temporadas fuera de casa, pero no quieren renunciar a tener sus propias plantas. Además, posibilita crear un jardín interior muy decorativo.
Para el hidrocultivo se requiere un recipiente, un material de amarre, como puede ser la arcilla expandida, cristales de colores, cantos rodados, etc.; agua enriquecida con nutrientes para que se produzca el correcto desarrollo de la planta y un indicador de nivel de agua.
Existen recipientes especiales, que se comercializan ya preparados para este tipo de cultivos e incorporan su propio sistema de riego, pero también lo podemos preparar nosotros mismos, tal y como explicaremos en el próximo artículo.
No todas las plantas se adaptan bien al hidrocultivo, por lo que hay que seleccionar las especies más indicadas, que por lo general suelen ser la mayoría de plantas de interior, cactus y suculentas.
