Si nuestro jardín es de un tamaño considerable, es habitual que pensemos en construir un camino de grava. El principal motivo por el que se nos puede ocurrir, es para poder pasear por el jardín sin estropear el cesped y el segundo, que queda muy bonito, estéticamente dará un toque muy llamativo y si no descuidamos otros aspectos, se verá ante ojos ajenos, de una forma añadida, cuidado y atendido.
Lo primero que tenemos que hacer será diseñarlo, para ello pensaremos en cual es el recorrido que va a tener y en los obstáculos que hay que sortear. Por otro lado también deberemos decidir la anchura que va a tener, generalmente suelen ser 2 metros. Una vez decidido esto, procederemos a marcar los bordes del camino con yeso en polvo, ya que es el material más adecuado y barato, sobre todo porque es más costoso para la lluvia eliminarlo. También podemos usar spray para marcar suelos, pero es menos recomendable que el yeso.
Tras marcar el camino, el trabajo consistirá en rebajar la superficie del camino a unos 5 centímetros, para ello podremos usar una pala o un rastrillo, si lo deseamos podemos formar montículos a los lados del camino.
Con el camino ya preparado, el siguiente paso será colocar en el fondo una malla geotextil de color oscuro, preferiblemente negro de 110g/m2 como mínimo, ya que nos permitirá evitar que las hierbas vuelvan a crecer echando por tierra nuestro camino.
Ahora ya nos quedaría el último paso, rellenar el camino con grava. Podemos elegir el que tamaño que queramos, pero nosotros vamos a recomendaros cantos rodados de 12-20 centímetros.
Me gusto mucho la informacion