Con este nombre se conoce al rosal trepador que se injerta en un tronco de rosal silvestre, a un metro o metro y medio de altura, generalmente 1,60 cm, dando por resultado una especie cuyas ramas rastreras cuelgan hacia abajo, proporcionándole un aspecto llorón.
Dependiendo del tipo de trepador que se le injerte, pueden tener una floración anual muy abundante, de flores pequeñas y generalmente dobles, o varias si la especie es refloreciente. Los colores pueden ser muy variados, dependiendo de la especie. Las ramas son flexibles y pueden llegar hasta el suelo.
Al igual que pasa con el resto de rosales, prefiere los lugares abiertos o bien aireados, y la exposición al sol.
Se adapta bastante bien a cualquier tipo de suelo, aunque prefiere los terrenos ricos en sustratos y con buen drenaje.
Son sensibles a plagas como los pulgones, orugas y hongos, como el oídio, el mildiu o la roya, entre otros, por lo que conviene vigilarlos y aplicarles tratamiento específico en caso de contraer alguna enfermedad.
Es conveniente ir retirando las flores marchitas, para que no resten vigor al rosal y puedan facilitar que se produzcan enfermedades.
Respecto a la poda, hay que eliminar las ramas viejas y las del interior de la copa, eliminando los tallos débiles o rebeldes, dejando solo los principales para mantener la forma y permitir que el oxígeno y la luz entren al interior.
Que hermoso es este rosal!!!!!
Donde puedo adquirir un rosal llorón
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