Las cintas son una de las plantas más decorativas y fáciles de cuidar.
Las cintas, Chlorophytum comosum, son plantas de la familia de las Agaváceas, procedentes de Sudáfrica.
Esta planta perenne nace a partir de unas raíces tuberculosas de las que brotan las hojas. Éstas son finas y alargadas, lanceoladas, que pueden llegar a medir hasta 50 centímetros. Son de color verde, rayadas con crema y perfectas para colocar en maceteros colgantes.
Se trata de una planta fuerte y resistente que se adapta bien a climas templados, soportando algunos grados bajo cero. Su desarrollo es muy rápido, por lo que suelen necesitar cambios de tiesto a medida que crecen.
Las cintas son ideales como plantas de interior y exterior. Son habituales en patios y terrazas y prefieren espacios en semisombra, ya que el sol directo puede quemarlas. Las cintas necesitan riegos frecuentes, sobre todo en verano.
En ocasiones florecen con diminutas florescencias de color blanco. También desarrollan tallos con estolones o hijuelos. Éstos cuentan con raíces adventicias, es decir, independientes de la planta madre. Gracias a ello, es muy sencillo reproducir las cintas.
Solamente hay que retirar los hijuelos y dejarlos en un recipiente con agua hasta que desarrollan raíces. Después se pueden trasplantar a una maceta con tierra húmeda y regar solamente cuando la tierra vuelva a secarse.