El nombre científico de la caliandra plumada es Calliandra tweediei. Es una planta originaria de América del Sur, pudiéndola encontrar de manera silvestre en países como Argentina, Paraguay, Brasil o Uruguay, incluso en algunas partes de África.
La caliandra pertenece a la familia de las Fabáceas y es un arbusto pequeño y perenne, que puede crecer como árbol hasta los 2,5 metros de altura o ser cultivado como bonsái. Su tronco no alcanza los 30 centímetros de diámetro y es de color marrón grisáceo.
Sus hojas son bipinnadas, con un raquis central que puede superar los 15 centímetros, en que se disponen pinnas con hasta 60 pares de foliolos. Su color es verde oscuro y tienen un olor agradable.
Florece en racimos plumosos de color rojo intenso y umbeliformes, que son realmente los estambres de una corola verde claro, formada por cinco pequeños pétalos. Pueden florecer dos veces al año, tanto en primavera como en otoño, incluso permanecer con flor todo en año en climas tropicales o de costa.
Se cultivan con fines ornamentales y prefieren los suelos ácidos, con un buen drenaje, ya que no soporta los encharcamientos.
Conviene situarlos en semi-sombra y protegerlos de las heladas, ya que son plantas tropicales, que requieren riegos regulares, aunque puede aguantar bien los meses de sequía.
Durante el otoño puede podarse para darle forma de árbol, además, sanearla la protegerá del ataque de insectos y hongos.
Se reproduce mediante semillas, remojándolas en agua fría 48 horas antes de plantarlas. Su crecimiento inicial es lento, pero una vez que micorriza se desarrolla con rapidez.